Todo sucedió en un pueblo del condado de Galveston, en Texas.
El propietario de este Bugatti Veyron, circulaba tranquilamente (que llevando ese coche entre las manos puede ser perfectamente a 200 km/h) por una de las carreteras del condado cuando, a eso de las 3 de la tarde, un pelícano se cruzó volando bajo en su camino y perdió el control del vehículo.
El conductor resultó ileso, aunque el que debe estar hospitalizado por un ataque al corazón debe ser el director de su compañía de seguros, que deberá abonar unos 2 millones de $.
El conductor resultó ileso, aunque el que debe estar hospitalizado por un ataque al corazón debe ser el director de su compañía de seguros, que deberá abonar unos 2 millones de $.
Aunque, siendo un Veyron, y sabiendo que su carrocería está construida en fibra de carbono y aluminio, impermeables al agua, los únicos elementos del vehículo que sufrirán las consecuencias de este “desliz” serán el motor, la transmisión, los frenos, los 4 turbos, el sistema de refrigeración con 14 radiadores, y la electrónica,… Dios, creo que voy a llorar.
Los testigos aseguran que el motor del Veyron estuvo gorgoteando como un motor de fueraborda unos 15 minutos antes de morir definitivamente.
Lo curioso es que según el autor del vídeo, es ya el “tercer o cuarto Veyron que se estrella en la zona”, así que si tienes un Veyron, recuerda, a los pelícanos de Texas no les gustas.
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