Ya sabemos que los semáforos basados en diodos de tipo LED, son mejores en muchos aspectos que los semáforos tradicionales, y de ahí su progresiva implantación en la mayoría de núcleos urbanos más o menos importantes.
Tienen muchas ventajas: consumen un 90 % menos de energía, ofrecen una vida útil mucho mayor que las bombillas tradicionales, el hecho de que se funda un LED no implica que el semáforo deje de funcionar,…
Pero en EEUU han sido los primeros en darse cuenta de algo que al resto de los mortales, o al menos a la mayoría, se nos había escapado.
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