La última innovación tecnológica de Honda, en colaboración con la Universidad de Purdue y la Universidad de Louisville, podría suponer un gran avance en el desarrollo de vehículos.
El estudio demuestra que los nanotubos de carbono microscópicos pueden ser capaces de distribuir la electricidad de forma más rápida y eficiente.
Una de las consecuencias, para que nos entendamos, sería por ejemplo la creación de un material más ligero incluso que la fibra de carbono pero más fuerte que el acero.
Según el comunicado de prensa de la marca, “Los nanotubos son unas 100.000 veces más delgados que un cabello humano, poseen una fuerza incluso mayor que el acero, tienen más propiedades eléctricas que el cobre, son tan eficientes en el aislamiento del calor como un diamante y son tan ligeros como el algodón”.
Se prevé que esta nueva tecnología se aplique a componentes como baterías, cables, pilas de combustible, células solares,… que pueden conducir a vehículos más eficientes.
Fuera del campo de la automoción, también podrían ayudar a la robótica, a crear músculos artificiales más avanzados, a los supercondensadores,…
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