Seguro que alguna vez en tu vida te habrás preguntado la cantidad de kolómetros de carreteras que hay en el mundo. Pues hoy lo puedes saber, nada más y nada menos que unos 32 millones de km, según un informe de la CIA, el World Fact Book. Es decir, unas 10 veces la distancia de la Tierra a la Luna.
Para que os hagáis una idea, a una media de 100 km/h, sin parar ni para repostar (cosa complicada), tardaríamos más de 36 años para recorrer dicha distancia.
La mayoría de las carreteras del planeta se encuentran, como no, en EEUU, que cuenta con una red de unos 6,5 millones de km, más que en toda la Unión Europea, donde existen unos 5,5 millones de km.
España se sitúa como el 10º país del mundo, y 2º de la Unión Europea con la red de carreteras más amplia, con 681.224 km.
En último puesto, Tuvalu, con solo 8 km. Le siguen las Islas Cocos con 22, Nauru con 24, Gibraltar con 29, o Mónaco con 50 km.
Ahí van los datos más curiosos del informe:
- Rusia, siendo el país más extenso del planeta, solo ocupa el 8º lugar en el ránking.
- De los 1,7 millones de km con los que cuenta Brasil, solo existen 96.353 pavimentados.
- En el caso de Chad, solo 267 km de los 33.400 totales están pavimentados.
- En las Islas Maldivas hay 88 km, todos asfaltados, aunque las vías urbanas están construidas casi íntegramente con coral compactado.
- En Bermuda, de los 447 km totales, 222 km son vías privadas y el resto públicas.
- Groenlandia carece de vías interurbanas, cuyos trayectos se realizan en barco o en avión.
La revista Car&Driver, en su edición online, publica hoy un reportaje interesante sobre algo que sucedió hace casi exactamente 100 años.
Y es que, el 8 de noviembre de 1909, en el autódromo de Brooklands, un tal Victor Hémery se proponía ser el primero en alcanzar los 200 km/h sobre un vehículo a motor. Nadie lo había conseguido antes, ni en coche, ni en tren, ni en aeroplano.
El laureado piloto francés, fichado por Benz dos años antes, quería batir esa marca en su Lightning Benz, y todo el mundo estaba expectante.
El motor de 21.5 litros de cilindrada y 200 CV arrancaba tras la señal de rigor y unos cuantos metros después, el cronómetro confirmaba la nueva marca de 205,666 km/h.
Unos años más tarde y con el mismo vehículo, concretamente en el 1911, Bob Burman superó el récord de Hémery estableciendo una nueva marca de 228 km/h.
Desde entonces se ha seguido con ese afán de ser el más rápido… hasta nuestros días.
La última innovación tecnológica de Honda, en colaboración con la Universidad de Purdue y la Universidad de Louisville, podría suponer un gran avance en el desarrollo de vehículos.
El estudio demuestra que los nanotubos de carbono microscópicos pueden ser capaces de distribuir la electricidad de forma más rápida y eficiente.
Una de las consecuencias, para que nos entendamos, sería por ejemplo la creación de un material más ligero incluso que la fibra de carbono pero más fuerte que el acero.
Según el comunicado de prensa de la marca, “Los nanotubos son unas 100.000 veces más delgados que un cabello humano, poseen una fuerza incluso mayor que el acero, tienen más propiedades eléctricas que el cobre, son tan eficientes en el aislamiento del calor como un diamante y son tan ligeros como el algodón”.
Se prevé que esta nueva tecnología se aplique a componentes como baterías, cables, pilas de combustible, células solares,… que pueden conducir a vehículos más eficientes.
Fuera del campo de la automoción, también podrían ayudar a la robótica, a crear músculos artificiales más avanzados, a los supercondensadores,…
